Gastronomía en altura
“Nos hallamos ante un Madrid de formas nuevas, funcional, “Picassiano”, y el edificio Torres Blancas es uno de los más notablemente audaces de la capital. Desde sus ventanales se contempla la “maqueta” de Madrid, o Madrid “en bandeja”…“Madrid brinda perspectivas insólitas, y el que va al comedor de Ruperto de Nola desciende luego a la “madre tierra” como si tal cosa, sin olvidar la espléndida y apoteósica vista desde las suntuosas “escotillas”…”De la tasca madrileña o el restaurancito de barrio a este piso 22 de Corazón de María, 2, hay un gran salto mortal sin red debajo… La cocina, el trato, el servicio son exquisitos. Lo que nos reconcilia con la altura”…“En este restaurante del nuevo acromegálico Madrid, el exigente puede pedir ante sus amigos: hígado de oca “al garnacho” (2600.pts), brocheta de vieiras con langostinos (1275.pts), faisán “Ruperto” con salsa de uvas (925.pts)”…“Dirige esta “nave espacial” culinaria Don Ricardo Miguel Goizueta, con méritos dentro del gremio y que demuestra saber pilotarla”. [1]
Este martes en la clase de proyectos nos toco exponer un trabajo sobre viviendas icónicas del siglo XX. En mi caso me tocó el edificio "Torres Blancas" en Madrid diseñado por el arquitecto español Francisco Javier Sáenz de Oiza.
Este edificio además de contar con numerosas plantas de viviendas tenía también un núcleo social, un restaurante cuya función era de encuentro y relación social entre los habitantes de la torre. Un espacio muy curioso y al que hoy le vamos a dedicar un post personal.
El comedor "Ruperto de Nola" se encontraba en el piso 22 del emblemático edificio en el que el arquitecto ha hecho una original aportación a la arquitectura moderna. Cuando abrió sus puertas en 1971 Madrid era una ciudad de formas nuevas, funcional, en el que el edifico Torres Blancas era uno de los mas audaces.
El restaurante se componía de de un amplio comedor con capacidad para 100 personas
y varios comedores privados a los que se llegaba a través de una gran zona “de estar”, como el bar, confortable y acogedor.
Su decoración era moderna, a tono con el edificio. Techos y arcos blancos en contraste con la moqueta roja . Algún adorno metálico. Iluminación mediante globos, también blancos. Los muebles eran del mismo estilo. El espacio circular contaba con ventanales que ofrecían extensas panorámicas de la ciudad.
¿Qué opináis vosotros, os hubiera gustado poder comer en este espacio tan emblemático?
Webgrafía y datos de interés:
[1] Extracto de un artículo del Periódico ABC
ABC COCINA RUPERTO DE NOLA
ABC GASTRONOMIA Y TURISMO
ABC RESTAURANTE RUPERTO DE NOLA
Publicado por: Diana
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